sábado, 15 de mayo de 2010

José Saramago, 2010



“Las lágrimas de Garzón son mis lágrimas”. José Saramago, 14 de mayo de 2010 (http://cuaderno.josesaramago.org/2010/02/13/ni-leyes-ni-justicia/


Por diversas circunstancias no escuché ayer la radio ni vi la televisión. Leí, eso sí, la edición matinal de los periódicos acostumbrados pero la triste noticia se produciría unas horas después y yo no me enteré. Tenía pensado venir esta mañana al estudio y preparar los asuntos de la semana que viene, paré el coche en el quiosco habitual y lo que he visto, no me gusta, aunque esto ya se veía venir (http://lc-architects.blogspot.com/2010/04/ghost-writer-roman-polanski-2009.html).

No soy hombre de llorar, apenas lo hago, pero hoy las lágrimas han venido a mis ojos mientras desayunaba en el bar de Julián, el de la esquina, porque empiezo a pensar que no es aquí donde quiero que crezcan mis hijos:

“La suspensión se la comunicó por teléfono el secretario general del Consejo General del Poder Judicial, Celso Rodríguez Padrón, a la una y veinte de la tarde, mientras tomaba declaración a Josep Singla, uno de los empresarios implicados en la trama corrupta destapada por la Operación Pretoria. Garzón, según el propio Singla y su abogado, les pidió que salieran para atender la llamada. A los 10 minutos retomó el interrogatorio como si no pasara nada.

A las dos, acompañado de su esposa, María Rosario Molina, abandonó su despacho y se encaminó a la salida. Los funcionarios de su juzgado, a ambos lados de la puerta, le recibieron con aplausos”.
También estaban allí los jueces Fernando Andreu y Santiago Pedraz, la fiscal María Dolores Delgado y otros magistrados de la Sala Penal:

“Allí estaban José Ricardo de Prada, Ramón Sáez Valcárcel y Clara Bayarri, los tres magistrados que votaron a favor de la competencia de Garzón para investigar las atrocidades del franquismo, pero también otros, como Javier Martínez Lázaro o Manuela Fernández de Prado, que votaron en contra, pero que consideran que un debate jurídico no es motivo para juzgar y suspender a un juez”.

¿A dónde ir?

Quizá Uruguay sea un buen lugar para volver a empezar. Allí, José Mujica, un hombre mayor y vivido, desde la presidencia del país, habla así a su pueblo:

"Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las preguntas que valen la pena estaremos en el buen camino: es como una carrera en dos pistas, allí arriba en el mundo el océano de información, acá abajo preparándonos para la navegación trasatlántica.
Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza terciaria masificada.
Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública. Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma con el que los chinos se entienden con el mundo.
No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines. Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento.
Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica…Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. No hay tarea más grande delante de nosotros "La única lucha que se pierde, es la que se abandona”.

Aquí (en Madrid, reino de España), ayer, unos minutos más tarde de las 14:00 horas, el coche en el que Garzón abandonaba la Audiencia Nacional giró en la calle de Génova con dirección a la plaza de Colón mientras pasaba por delante de otro bar, también en otra esquina, en el que cinco de los 18 vocales que por unanimidad le suspendieron celebraban su victoria alrededor de unas cervezas.

Por cierto, me gustaría saber quién pagó esa ronda.

Luis Cercós (LC-Architects)
http//: http://www.lc-architects.com/

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